Recursos hídricos

El cambio climático, sumado a la creciente demanda de recursos hídricos debido al aumento poblacional, la degradación ambiental y una demanda de recursos naturales sin precedentes, presenta grandes desafíos para el sector hídrico en México. La falta de suministro de agua suficiente y de calidad adecuada, así como la deficiente gestión de las aguas residuales, constituyen problemas socioambientales de gran relevancia actualmente y que se ven agravados por los cambios en el clima. Estos cambios están caracterizados por gran heterogeneidad espacial y temporal, y altos niveles de incertidumbre, lo que exacerba la complejidad en la planificación y gestión del agua. El Foro Económico Mundial (FEM) prevé que durante la próxima década las crisis hídricas, la propagación de enfermedades infecciosas, la incapacidad para adaptarse al cambio climático y la pérdida de biodiversidad serán los mayores impactos sociales, con efectos interconectados a largo plazo en todo el mundo.

En México se explotan 451,585 millones de m³ de agua anuales de los cuales 61% se obtiene de sistemas de agua superficial, y 39% de agua subterránea. La agricultura (59%), abastecimiento público (27.5%) y la industria autoabastecida (13.5%) representan los volúmenes concesionados dominantes. Se ha reportado un rápido incremento en el agotamiento y en la reducción de la disponibilidad de los sistemas de agua subterránea, pasando de 178 acuíferos sin disponibilidad en 2011 a 275 en 2020, con implicaciones en disponibilidad del agua en zonas urbanas como Monterrey, Tijuana, Guadalajara y Ciudad de México, entre otras (Figura). Cerca del 42% de los acuíferos se reporta con disponibilidad comprometida y el 58% del agua subterránea es extraída de 101 acuíferos sobreexplotados. De acuerdo con las proyecciones de cambio climático, se espera que la escasez de agua afecte al norte y centro del país, mientras que el sur y sureste podrían verse perjudicados por su exceso. En las grandes zonas urbanas como la CDMX ya presentan una importante vulnerabilidad a la escasez, a inundaciones y a enfermedades transmitidas por el agua.